domingo, 11 de julio de 2010

SOBRE LA ATENCION IV


SOBRE LA ATENCION
Pláticas y ensayos
Christopher Fremantle
Recopilación y Edición de
Lillian Firestone Boal
Traducción: Salvador López L.

“… la atención activa no es continua, consiste de momentos de renovación voluntaria. Uno podría decir ‘ahora tendré una atención activa dedicada a tal y tal cosa,’ pero tendrá que ser renovada y esto ocurre porque uno lo desea o por un acto de voluntad.”

LA FUENTE DE LA ATENCION
La fuente de la atención, nuestro medio de contacto y comunicación a
través de los sentidos, está estrechamente ligada al misterio de la vida. La
atención, actuando como un imán, atrae hacia nosotros las impresiones
externas e internas, conectándonos con el mundo que nos rodea y
protegiéndonos de él.
De acuerdo con las impresiones recibidas, respondemos al igual que una
célula responde a su medio ambiente, una planta busca la luz o un animal se
alerta ante el peligro. Todo ser viviente responde automáticamente a los
estímulos externos.
¿ Puede trazarse una línea entre las reacciones químicas de una célula y
las acciones concientes del hombre ? ¿ Cede en algún punto el reino de la
química al reino de la conciencia ?
La atención del hombre parece diferenciarse de la de las formas inferiores
de vida en que puede ser automática o conciente. Aparece pues la pregunta:
¿ es su capacidad de atención conciente lo que distingue al hombre del reino
animal ?
En el hombre, la calidad de su atención se refleja en la calidad de su
conocimiento. Cuando la atención es automática, las impresiones recibidas
son fragmentarias y vagas; cuando es conciente, son nítidas y vívidas. Si la
atención está absorta en alguna cosa, apenas se reciben impresiones.
Por ejemplo, si una persona sale de su casa en la mañana, pensando en lo
que pasará en el día, difícilmente percibirá las casas y los árboles familiares
en su entorno. Pero si hay mucho sol, el aire está brillante y su atención es
llamada fuertemente al momento presente, puede verse invadida por un
repentino sentimiento de admiración. Toda la escena aparece nítidamente
delineada y se graba profundamente en su memoria.
Aunque deseara detenerse ahí y reflexionar sobre la escena en ese estado
de vívida atención, las presiones de la vida lo invaden, pareciendo que su
destino es ser apartado de éso y que pasará su día sin disfrutar de este estado
de presencia conciente otra vez.
Por ejemplo, al despertar en una habitación desconocida, hay un momento
en que no sé en dónde estoy. Mi atención es atrapada por mis percepciones,
pero mis asociaciones no han empezado a operar; he despertado a un mundo
extraño. Al momento siguiente las asociaciones de mi memoria empiezan a
trabajar; reconozco la habitación y recuerdo cuando llegué aquí y los
eventos del día anterior que me trajeron a este sitio. Mi atención ya no está
sólo en el presente, también están mis asociaciones. Un poco después suena
la alarma del reloj. Esto también llama mi atención y me da un shock.
Inmediatamente se inicia un nuevo tren de asociaciones. La percepción del
sonido me hace recordar cómo puse la alarma para despertarme, porque
tengo cosas que hacer. Mis pensamientos pasan de el pasado al futuro y,
otra vez, el momento presente desaparece de mi vista, conforme mi atención
es llevada una vez más por el flujo de asociaciones.
Al empezar a vestirme, casi automáticamente, la atención se va haciendo
más y más dispersa; muchas asociaciones compiten en el creciente flujo de
pensamientos acerca de lo que pasará en el día. Mi conciencia del cuarto en
el que estoy es mínima, hasta que el timbre del teléfono me hace recordar mi
entorno. Descuelgo el teléfono y un amigo me habla de problemas y me
cuestiona. Las asociaciones responden a un nuevo shock y se mueven en
forma suave y coherente hacia una dirección diferente y, una vez más, la
habitación y mi entorno se sumergen en otro plano.
Antes de empezar el día, quisiera estar quieto por un momento y
centrarme, pero el agua está hirviendo para el café y el tiempo es corto.
Preparo el café, me sirvo un poco, tomo el primer sorbo y, de nuevo, otras
asociaciones me arrastran.
¿ Qué significa todo esto ?
¿ Se le impone el destino al hombre ? ¿ Está en la escencia misma de la
humanidad el que el hombre tenga la libertad de escapar a este dominio y a
la vez sea incapaz de hacerlo ?
Mi atención, esta poderosa herramienta de comunicación, no es mía.
Permanece casi totalmente a disposición de las necesidades imperativas de
la vida o de cualquier cosa que ocurra e imponga una impresión en mis
sentidos y mi mente. Y sin embargo es mía, brota de mí, de mi vida; es una
parte de mi fuerza de vida que deja de ser mía en tanto a que no obedece a
mi ser conciente, sino que constantemente se ve esclavizada por el mundo
exterior.
¿ Es esta paradoja mi destino, nuestro destino, la situación de la
humanidad ? ¿ Podría esta atención ser el medio para vivir en comunicación
conciente conmigo mismo y con el mundo que me rodea y que cambia de
instante en instante ? ¿ Estoy condenado a vivir como un prisionero de mi
condicionamiento y mis asociaciones automáticas ?
He tratado de comprender este fenómeno observando pájaros y otros
animales en lugares inhabitados. Ellos también tienen atención, un estado
de alerta ante posibles peligros. Su oído, sus ojos y sentidos estan
constantemente en guardia; ante un movimiento, un sonido, se congelan. Si
es algo peligroso su reacción es instantánea; si resultó ser algo familiar,
continúan con lo que estaban haciendo.
¿ Es ese mecanismo de seguridad y las asociaciones conectadas con él lo
que se encuentra en la raíz de nuestra entrega excesiva al mundo exterior ?
¿ Está conectado el proceso de evolución con el hecho de liberar la atención
abandonando la búsqueda de seguridad que caracteriza a los animales ?
En la medida en que no estoy ante un peligro inmediato ¿ tengo que
obedecer a la dispersión automática de la atención que se dirige
contínuamente hacia afuera, que es tomada por una cosa tras otra, al igual
que la atención de un animal ? Si se libera a la mente del temor y se libera
la atención para que siga una dirección conciente ¿ se desarrollará
naturalmente hacia nuevos niveles ? Me doy cuenta de que cuando mi
atención es controlada mediante un deseo activo, me permite utilizar en
forma continua las facultades de mi psiqué. Puedo pensar mejor, tener
mayor sensibilidad emocional y percibir más claramente.
¿ Está en acción una síntesis vital en la que aparece una nueva fuerza por
la interacción de la atención y la conciencia que me permite ligarme a un
mundo intemporal ? ¿ Porqué es que en esos momentos hay una sensación
de reconocimiento y misterio a la vez ? Y el mundo, tan diferente al que
experimentaba unos momentos antes, me hace sentirme invadido de
preguntas.

¿Representan estos momentos, aislados entre largos periodos de tiempo,
en los que todo parece lúcido, lleno de implicaciones y emociones, el vislumbre
de la presencia de un nuevo mundo de pensamientos y emociones
que corresponden a una humanidad evolucionada ?