miércoles, 26 de mayo de 2010

LAS IMPRESIONES COMO ALIMENTO

Pláticas y ensayos




Christopher Fremantle
Recopilación y Edición de
Lillian Firestone Boal
Traducción: Salvador López L.


SOBRE LA
ATENCION


“ Hay otra forma de recibir las impresiones, que pueda alimentar a la psiqué en lugar
de producir, simplemente, un movimiento de tipo automático ?”
LAS IMPRESIONES COMO ALIMENTO
¿ Qué es la vida ?
Desde el neutrón hasta las galaxias, toda forma de vida tiene su surgimiento, su
crecimiento y su período de deterioro. La vida está en todas partes. En diferentes esferas
su forma obedece a diferentes leyes.
La vida orgánica en la tierra, así como existe en todas sus formas: vegetal, animal o
humana, es mantenida por los mismos principios: la ingesta de alimento, la eliminación
de desechos y una respuesta programada a los estímulos. Es respecto a ésto último en
donde la cuestión de las impresiones es importante porque, aunque parecen estar
conectadas básicamente con la preservación de la vida humana, también se les puede ver
como un alimento.
Las impresiones son contactos sensoriales: en realidad, contactos entre fuerzas o
campos electromagnéticos. Estos contactos sirven como estímulos; la forma viva en la
que ocurren responde, sea de acuerdo con la programación de la naturaleza (para la
preservación y continuidad de la especie), o a través del ejercicio de una inteligencia
independiente.
Incluso las formas muy primitivas de vida aceptan algunos materiales y rechazan otros
en el mantenimiento de su ciclo vital, mediante misteriosos procesos que apenas
empezamos a comprender. En el reino vegetal la inteligencia y la programación no
pueden diferenciarse. Las respuestas en el hombre ocurren en tantos niveles que, aunque
el instinto y la inteligencia parecen separados, no es posible definir una línea que los
divida.
La creencia en el libre albedrío del hombre aparece debido a que la inteligencia
conciente y la programación de la naturaleza parecen haberse desarrollado de manera tal
que pueden actuar en forma independiente o en contradicción una con la otra. La
separación de la programación y la inteligencia lleva a una distinción, conveniente
aunque arbitraria, entre el cuerpo y la psiqué.
El soporte básico del cuerpo es lo que el hombre come y el aire que respira. El soporte
de su psiqué son las impresiones que recibe, de los sentidos o de su interior. Por ejemplo,
las impresiones sensoriales dan lugar a la posibilidad del pensamiento asociativo, el
conocimiento conceptual y a respuestas emocionales de una calidad muy superior a las
del instinto. El desarrollo de los individuos y de la cultura a que pertenecen, puede verse
como una evolución que depende de la calidad de las impresiones que recibe la psiqué.
El desarrollo de intrumentos científicos y tecnológicos, por ejemplo, sirve para
mejorar la observación y permite un análisis efectivo de impresiones que de otra forma
serían imperceptibles. La civilización moderna, desde la conquista del espacio hasta la
conquista de la enfermedad, surge de esta amplificación de las impresiones sensoriales,
brindando nuevos materiales para la función síquica y llevando a nuevos niveles de
conocimiento.
Así, parece inevitable hacer un estudio de las impresiones, considerándolas como un
alimento que nutre a la psiqué y desarrolla nuevos niveles de funcionamiento. Sin
embargo, implica también el dejar de lado la tecnología pura y voltear hacia las grandes
tradiciones que afirman que la psiqué humana ha sido plantada por la naturaleza para
llegar a un grado extraordinario de evolución, en una dimensión muy diferente a aquella
a la que nos ha llevado la tecnología.
Esto puede plantearse de otra manera. Mientras que la perfección científica pone a
disposición un rango mucho mayor de impresiones, el aparato receptor del hombre no
ha sido mejorado en la misma forma. ¿ Es posible mejorar la calidad de la receptividad
humana ?
¿ Qué hay con las impresiones que absorbe el hombre ? Aunque se han hecho estudios
del efecto de la privación sensorial, de la acción de la hipnósis y la sugestión, por
ejemplo, existe otro aspecto igualmente importante que ha sido ignorado. Este es el
fenómeno de la inatención. Al escuchar música, leer un libro o al estar charlando, la
corriente de impresiones provoca asociaciones contínuamente; éstas tienden a absorber
la atención, creando lagunas en la corriente de percepción conciente.
Así, la realidad del mundo es recibida a través de una pantalla de reacciones,
comentarios y juicios. Esto es tan contínuo, que con frecuencia resulta difícil de percibir.
¿ Qué tanto de nuestra realidad es sólo una construcción formada por materiales
guardados en la memoria y por pensamientos y emociones asociativos ? Resulta más
decisiva la forma como vemos la situación en el momento de actuar, que la realidad
existente en ese momento. Si el punto de vista y la realidad coinciden, todo está bien;
pero si no, estamos en problemas. La ilusión constante del hombre, es la creencia de que
todas las personas están concientes de la realidad que los rodea.
Para progresar hacia una nueva dimensión de experiencia, es necesario un estudio del
mecanismo de percepción, así como una valoración más estrecha de la naturaleza de
nuestra percepción de la verdad.